Con la tv digital y las posibilidades de interacción el usuario debe abandonar el rol pasivo al que tradicionalmente estaba asignado. Este es quizás uno de los grandes cambios que producirá esta tecnología.
Este tipo de recursos dependen para su éxito del interés que despierte en la población el interactuar con la tv, en cierta forma que deje de ser el espectador/televidente para transformarse en un usuario del sistema.
El posicionamiento del individuo frente al televisor conduce a que los contenidos tengan ciertas características. La navegación se debe dar utilizando las flechas del control remoto y los cuatro botones que se encuentran alrededor de ellas. Los colores y las tonalidades que se utilizan son distintas a las que se aplican, por ejemplo en los contenidos web, por lo que el desarrollador debe estar familiarizado con este tipo de recursos. Es deseable que se utilice la mayor cantidad de íconos y símbolos para evitar las grandes cantidades de texto, debido a que la distancia en la que el individuo se coloca frente al televisor, hace muy incómoda la lectura[1].
Vivir la televisión bajo esta experiencia convierte al aparato en un dispositivo individual, lo que se contradice con la tendencia actual de pantallas cada vez más grandes, que dificulta la intimidad, por lo que prestaciones como chequear el mail o chatear no parecen ser tan atractivas, por lo menos en un comienzo[2].
Si la tv sufre esa personalización, es posible que pierda su rol de organizador de la vida doméstica como lo ha sido la analógica durante estas décadas, lo que lleve incluso a cambiar su lugar dentro del hogar.
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